Una dieta que desinflama

Por Fabio Pérez

Una dieta que desinflama es el recurso contra daños celulares que producen desde agentes infecciosos (un virus, por ejemplo) hasta accidentes o el estrés metabólico.

Que una parte del cuerpo se inflame significa que el organismo está trabajando para liberarse de cargas nocivas.

Las hinchazones suelen producir calor, enrojecimiento, dolor y hasta pérdida de la función del órgano aquejado.

Cuando se conjura la causa del daño, el proceso inflamatorio concluye y se regresa a la normalidad.

Si bien eso es lo que sucede por lo general, existe la posibilidad de que se convierta en una afección crónica.

Esto sucede porque el estímulo se mantiene en la vida del aquejado.

De ese modo se configuran tres escenarios:

a. La causa rompe las barreras protectoras del organismo y la reacción de éste consiste en prolongar la vida y la actividad de las células del sistema inmune.

b. Los mecanismos responsables de eliminar las amenazas no funcionan de modo óptimo.

c. El cuerpo ignora cómo responder ante el agente dañino.

La inflamación crónica suele tener como causa alguna condición subyacente; la hinchazón producida por un golpe, en cambio, es temporal.

Hay diversos males con efecto inflamatorio.

Algunos destacados son la artritis reumatoide, el asma y la enfermedad de Crohn.

También la colitis ulcerativa, la fibrosis quística, la diabetes y los males cardiovasculares.

Ante afecciones así el consumo de ciertos alimentos resulta indispensable.

Son comestibles que proporcionan sustancias capaces de aumentar la liberación de hormonas que inhiben, y hasta bloquean, la acción de agentes inflamatorios.

Poseen propiedades para desintoxicar el organismo y mejorar el funcionamiento del organismo.

EJE DE LA SALUD

La mayoría de las células del sistema inmune (entre un 70 y un 80 por ciento del total) se ubica en el sistema digestivo

Para que respondan de buena manera hay que mantener en buena condición la microbiota intestinal.

La microbiota es el conjunto de organismos vivos que forman un ecosistema dentro del ser humano.

Ese ecosistema depende de nuestra alimentación.

Una nutrición con enfoque clínico ayuda a impedir que los agentes infecciosos lleguen al torrente sanguíneo en cantidades mayores a las que el sistema inmunológico puede manejar para aprender a lidiar con ellos y combatirlos con eficacia.

Hoy se habla mucho de las bondades y beneficios de una dieta que desinflama.

En primer lugar, debe tenerse en cuenta que no consiste en un plan alimentario para perder peso que dura de tal fecha a tal fecha.

Se trata de una propuesta nutricional que ayuda a las personas a mantenerse sanas.

Suele indicarse a individuos con enfermedades crónicas que desean mejorar su estilo de vida.

Está basada en comestibles cuyo aporte de vitaminas y antioxidantes reduce la inflamación.

BONDADES

¿Qué beneficios aporta?

a) Alivio de síntomas de afecciones que inflaman.

b) Pérdida de peso.

c) Reducción de riesgo de incidente cardiovascular.

e) Descenso significativo de los niveles de glucosa e insulina.

Los nutrientes que se obtienen a través de una dieta que desinflama proporcionan la cantidad de energía que requiere una persona, sin incurrir en excesos.

Arroja mejores resultados cuando va acompañada de un estilo de vida activo, por aquello de disminuir el sobrepeso o la obesidad.

Esa grasa, cabe mencionar, contribuye a la inflamación crónica.

Sus vías para causar perjuicios al organismo incluyen favorecer la liberación de citosinas inflamatorias que activan sistema inmune o disminuir la sensibilidad a la insulina, lo que abre la puerta a la diabetes.

El consumo en exceso de grasas, azúcares y proteína de origen animal allana el camino de las manifestaciones inflamatorias.

EL EFECTO

No existe una definición única de dieta antiinflamatoria.

Sin embargo, la dieta mediterránea o cualquiera que maneje un balance de los nutrientes, encuadra en la descripción general.

En esencia, consiste en combinar verduras, frutas, semillas, pescado, aceite de oliva y dosis medidas de vino tinto.

También en disminuir lo más que se pueda la presencia en la mesa de lácteos y carnes rojas.

Exige dar trámite a alimentos funcionales (aquellos cuyo efecto benéfico está comprobado, la avena, por ejemplo); estos ayudan a reducir el riesgo de padecer afecciones con base inflamatoria.

En general, pugna por la ingesta de comestibles que generen un ambiente antiinflamatorio en el organismo, a través, por ejemplo, de antioxidantes.

El régimen contra el cuerpo que se inflama reclama que dos tercios de los alimentos contemplados sean vegetales y los llamados caramelos de la naturaleza.

Gracias a esa proporción se consiguen niveles más bajos de marcadores inflamatorios en la sangre.

Los carbohidratos integrales, cuyo efecto en el índice de glucosa en el torrente sanguíneo es mínimo, son el pilar de la dieta antiinflamatoria.

Se obtienen de granos sin procesar, como el salvado.

Una dieta contra la hinchazón también abre espacio en la mesa a las grasas antiinflamatorias, es decir, a alimentos ricos en ácidos grasos omega tres, como el pescado, o bien a suplementos que pueden proporcionarlos.

El aceite de pescado ha demostrado ser un potente inhibidor de la inflamación.

ATENTO A LA PROTEÍNA

Dentro de una dieta que desinflama, la proteína juega un papel importante.

La idea es obtenerla de plantas, pescado y cantidades medidas de carnes magras naturales.

La otra opción, la proteína animal, contiene más carga de ácidos grasos omega seis, considerados proinflamatorios.

Otro aspecto importante del consumo de carne tiene que ver con el método de cocción.

Cuando es cocinada a altas temperaturas, o carbonizada, facilita la hinchazón.

Una dieta que desinflama permite la ingesta de proteína animal, pero la de origen vegetal debe llevar mano.

Las leguminosas son otra excelente fuente de proteína vegetal.

La soya también contiene nutrimentos con efecto antiinflamatorio.

Muchas hierbas y especias también tienen un impacto benéfico en este asunto.

El jengibre y la cúrcuma gozan de prestigio en ese sentido, al igual que el ajo y el orégano.

En síntesis, una dieta que desinflama brinda beneficios nada desdeñables, empezando por la posibilidad de no ver truncado el bienestar tras una cita con la mesa.