Arte urbano en clave feminista

Fachada_norte_del_Monumento_a_la_Independencia_con_las_pintas_realizadas_durante_la_marcha_del_16_de_agosto_2019

Cuando una mujer pinta sobre las paredes de las calles, las interviene con grafiti, murales, taggs, carteles y esténciles, transgrede la normativa social y cultural que le adjudica un rol pasivo, decorativo y amoroso a la mujer.

Hacer arte urbano le representa, primero, salir del espacio privado para hacerse presente en el público; segundo, intervenir.

Si, además, sus desplazamientos tienen como objetivo concretar un tipo de arte contestario que reclama, esencialmente, el derecho de las mujeres a una vida libre y sin violencia, la transgresión es triple porque su carácter es abiertamente político.

En las calles, las paredes, los monumentos y las plazas de varias ciudades del país, como la Ciudad de México, San Luis Potosí y Querétaro, una diversidad de mujeres artistas ha ido dejando huella de estas formas efímeras de apropiación.

Con ellas invitan a transeúntes y ciudadanos de a pie a leer en el acto reflexiones sucintas, porciones de las violencias que atraviesan diariamente a las mujeres, formas artísticas que simbolizan luchas y vertebran demandas representativas de otras más.

El arte urbano feminista es político, no sólo por la naturaleza de sus reclamos, sino porque quiebra las convenciones culturales y la lógica patriarcal que concede propiedad masculina a los espacios públicos.

La calle es hostil para las mujeres. Cada día deben enfrentarse al acoso callejero y a lidiar con la amenaza latente de la vejación de sus cuerpos.

No es lo mismo hacer arte en una academia que en las calles y plazas. La gráfica del ‘68 nos lo enseñó.

Múltiples estéticas y temas se vertebran en el arte urbano feminista: las presas políticas, los feminicidios, el acoso, la violencia privada y sistémica contra la mujer, la ira y la rabia ante un Estado feminicida y una sociedad que nos cosifica, la lucha por una vida digna y sin miedo para niñas y adultas, el derecho al aborto y a decidir sobre el propio cuerpo, el cuestionamiento de los estereotipos femeninos dominantes, el autocuidado, la conexión espiritual, la promoción de la justicia y la anticorrupción, la violencia institucional, la comunidad y la autogestión como formas alternativas de vida, las subjetivaciones desde el Sur global, el rescate de la vida ante el calentamiento global, los modos de vida post-humanos, la soberanía alimentaria, el consumo responsable, las identidades de género no binarias, la visibilización de los tabúes sexuales…

Un vistazo a lo que documentan las artistas en Instagram nos acerca a los móviles políticos y estéticos que se despliegan en las calles y mutan o se replican en las redes sociales.

Estas plataformas digitales son también una plaza pública que, aun siendo parte del sistema que reproduce las violencias, se utiliza como forma de resistencia, como mecanismo para visibilizar las luchas y las voces de las mujeres.

Lejos de identificar un denominador común para lo que hacen artistas urbanas como Maldita Carmen, Mujerdetepexpan, Tierra y Tinta, Estenegromar, Stibb, Fusca 667, Arankne LaFea Fatale o el colectivo Paste Up Morras, sus prácticas artísticas pueden leerse a partir de sus lugares de enunciación.

En ocasiones trabajan individualmente, como es el caso de Maldita Carmen, o en colectivo, como Mujerdetepexpan, quien forma parte de Paste Up Morras, aunque su propuesta gráfica ostente un sello individual, como el tag que representa la cara de una mujer enojada, pero cambia conforme el propósito del mensaje.

De igual forma se desplazan entre lo institucional y lo ilegal, entre el mercado del arte y la intervención urgente.

No es lo mismo planear un mural que ha sido solicitado, que convocar y hacer un paste up por un feminicidio.

Lo cierto es que el arte urbano en clave feminista hace patente la capacidad de agencia de las mujeres y el hecho de cuestionar al sistema capitalista y proponer alternativas de vida; articula otra gramática de la ciudad en la que los mensajes y estéticas se hacen presentes para dar como resultado una ciudad más diversa.

Foto de portada de EneasMx disponible en Wikimedia (CC).
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