Por Fabio Pérez
La enfermedad cardíaca se manifiesta de varias maneras y eso da lugar a varios nombres específicos.
Se trata de una variedad de males que afectan por ejemplo, a los vasos sanguíneos o el ritmo del corazón. También abarca problemas como defectos cardíacos congénitos (de nacimiento) y anomalías en el músculo cardíaco. Varias ramas de la enfermedad cardíaca comparten síntomas; algunas tienen características y síntomas específicos. Todas implican riesgos de consideración.
Un mal de las arterias coronarias, por ejemplo, significa que los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardíaco no están cumpliendo con su función como deberían.
La causa más común es el colesterol, o mejor dicho, su acumulación en las arterias del corazón, de ahí su nombre: ateroesclerosis. La cantidad de sangre que llega al motor del organismo y a otras zonas del del cuerpo se reduce, y con ello vienen consecuencias funestas.
El sexo del paciente influye en los síntomas. Sentir un dolor en el pecho es la manifestación más frecuente en los varones; en las mujeres, a las molestias en el pecho se añaden la falta de aire, náuseas y un cansancio mayúsculo.
En cuanto a los signos comunes, duelen el cuello, la mandíbula y la garganta, la parte superior del abdomen y hasta la espalda.
Además, las extremidades inferiores y superiores duelen, hay entumecimiento, así como sensación de frío y debilidad. Esto sucede porque se estrechan los vasos sanguíneos que hay en esas zonas. Los males arteriales suelen pasar desapercibidos. Por lo general, se diagnostican hasta después de que un paciente sufre una angina de pecho, una insuficiencia cardíaca, un accidente cerebrovascular o un paro cardíaco.
Cualquiera de esas posibles consecuencias basta para destacar la necesidad de estar atento y de visitar al médico de cabecera al menor signo de que el motor del organismo no marcha como debe. A veces, los males arteriales salen a relucir cuando un individuo se practica exámenes médicos de forma regular. Ese diagnóstico temprano mejora el pronóstico del tratamiento.
ARRITMIAS Y DEFECTOS CONGÉNITOS
Cuando el corazón late demasiado rápido, o con mucha lentitud, o trabaja de un modo irregular, entramos en el terreno de las arritmias.
Esos ritmos irregulares provocan dolor en el pecho o, como mínimo, una sensación de molestia en esa área del cuerpo; también provocan que el afectado se sienta aturdido o que le falta el aire, así como taquicardias, desmayos o mareos.
Hay defectos cardíacos congénitos sumamente graves y otros mucho menos peligrosos. Los del primer tipo son detectados, casi siempre, poco después del nacimiento.
Sus víctimas lucen un tono azul o grisáceo en la piel o en los labios, así como hinchazón en las piernas, en el área del vientre o en las zonas alrededor de los ojos.
En los bebés suele manifestarse una falta de aire cuando son amamantados, esto hacer que el niño no gane peso como debiera.
Los defectos congénitos menos serios pueden pasar desapercibidos hasta la infancia; a veces no se hacen notar hasta la edad adulta. Sus síntomas, que no ponen en riesgo la vida en el corto plazo, incluyen dificultad para respirar al poco tiempo de empezar a realizar alguna actividad física, hinchazón de manos, tobillos o pies y cansarse con suma facilidad.
MIOCARDIOPATÍAS Y VALVULOPATÍAS
Las afecciones del músculo cardíaco, también conocidas como miocardiopatías, bien pueden instalarse en el organismo y pasar por sus etapas tempranas sin hacerse notar.
Cuando le da por manifestarse, lo hace a través de mareos, aturdimiento, desmayos, fatiga y dificultad para respirar cuando se hace ejercicio o se realiza alguna actividad con cierto nivel de exigencia física. El problema con la respiración se presenta incluso cuando el paciente está descansando.
Bajo su influencia, el ritmo cardíaco se torna irregular, el corazón late de prisa y las palpitaciones son muy fuertes. También se registran hinchazón de piernas, tobillos o pies.
Otras ramas de la enfermedad cardíaca se ubican en las válvulas del corazón. El motor de la vida tiene cuatro: la aórtica, la mitral, la pulmonar y la tricúspide. Se abren y se cierran para que la sangre fluya por el órgano del latir.
¿Por qué dan problemas? Porque las válvulas pueden estrecharse (estenosis), presentar fugas (regurgitación o insuficiencia) o cerrarse de forma incorrecta (prolapso).
Los males de estos componentes del corazón se reúnen en la categoría de valvulopatías cardíacas. Sus signos incluyen dolor en el pecho, desmayos, latidos irregulares, falta de aire, fatiga y pies inflamados.
QUÉ DIFERENCIA
Buscarse atención médica cuando a una persona le duele el pecho nunca será una idea incorrecta o un gasto innecesario. La detección temprana favorece el pronóstico cuando se lidia con un mal del corazón.
Cualquier inquietud que se tenga sobre la salud cardíaca debe tratarse con un proveedor de atención médica; esto para reducir riesgos.
Solicitar atención médica es indispensable si a los signos de alerta se añaden antecedentes de enfermedad cardíaca en el historial familiar.
Más allá de las señas específicas de cada mal, se ha conformado una serie de recomendaciones generales para mantener saludable al motor del organismo.
No fumar
Llevar una dieta baja en sal y grasas saturadas
Hacer ejercicio al menos media hora al día
Controlar el peso, la hipertensión, la diabetes y el colesterol.
Reducir el estrés
Dormir bien. Un adulto debe descansar entre siete y nueve horas al día.
PARA PENSAR
En 2021, el infarto al miocardio causo 177 mil muertes en México. Se trata, en general, de fallecimientos que pudieron prevenirse toda vez que se pueden evitar y/o controlar los factores de riesgo, como el consumo de tabaco o la presión arterial alta.
De 1 millón 100 mil defunciones que hubo ese año, 220 mil fueron se atribuyeron a la enfermedad cardíaca, y sus muchas ramas, según informes de la Secretaría de Salud.
Los males del corazón constituyen una magnífica razón para evitar el sedentarismo y recurrir a la nutrición con enfoque clínico.
Por último, una buena noticia: ser diagnosticado con una enfermedad cardíaca no siempre significa que uno está condenado; la detección temprana y seguir al pie de la letra las instrucciones médicas bien pueden permitir que el paciente lleve una vida plena.