Por Fabio Pérez
Nutrición contra el covid prolongado, ese es un recurso clínico para recuperarse de la infección por coronavirus.
Una vez se supera la fase aguda de la enfermedad, hay casos en los que persiste uno o varios de los síntomas, de modo que recuperarse puede ser un proceso más largo y complicado de lo normal.
Se estima que entre el 10 y el 15 por ciento de los infectados presentan algún malestar derivado de la infección.
Ese efecto duradero del virus es denominado covid prolongado o persistente o crónico.
Lo habitual es que los signos del virus dejen de mostrarse, cuando mucho, a las cuatro semanas de confirmada su presencia.
A causa del covid persistente, manifestaciones clínicas que perjudican principalmente la función respiratoria se mantienen más allá del mes.
Todavía hay mucha niebla alrededor de este mal novedoso. Para disiparla, dentro de la comunidad científica hay varios estudios en marcha.
Si bien faltan respuestas definitivas sobre el mejor camino para combatirlo, una constante es abordar la cuestión desde la dieta.
CENTENAS DE SÍNTOMAS
No se ha determinado la condición específica que facilita la presencia persistente del coronavirus en una persona.
Suelen manejarse tres hipótesis:
a) El virus no se va, se mantiene en el paciente y excita una infección latente o crónica.
b) El contagio desencadena un proceso inflamatorio que genera una respuesta inmunitaria tardía.
c) La presencia de autoanticuerpos (proteínas del sistema inmune) que alteran las defensas del organismo.
El número de síntomas asociados con el padecimiento supera las dos centenas.
Hablamos de manifestaciones generales, neurológicas, psíquicas, emocionales, respiratorias, digestivas y del aparato locomotor.
Algunos de los signos recurrentes son sensación de cansancio, malestar general, bajones anímicos, dolor muscular o articular, falta de concentración, ansiedad, fallos de la memoria.
El virus de largo aliento no afecta de un solo modo: un paciente muestra molestias musculares, aquel, fatiga, y en otro llega a manifestarse como confusión mental con inflamación intestinal.
Personas de todas las edades pueden verse afectados.
Estudios disponibles muestran que mujeres de mediana edad conforman el grupo más sensible.
El común denominador de los afectados es que siguen manifestando efectos del coronavirus hasta más de seis meses después de ocurrido el contagio,
La comunidad clínica ya formuló una definición de covid prolongado para casos de niños y jóvenes:
Cuando los síntomas continúan o se desarrollan después de dar positivo y afectan el bienestar físico, mental o social de los menores e interfieren con algún aspecto de su vida diaria (escuela, trabajo, hogar, relaciones) durante un mínimo de tres meses después de que el contagio ha sido confirmado.

SE BUSCAN SOLUCIONES
En la comunidad médica se considera que la afectación crónica por coronavirus ya es una razón frecuente para acudir al médico.
¿Cómo se mitiga? Existe evidencia de que vacunarse mejora el estado de aquellos a quienes el virus no quiere soltar.
También ayuda mantener las medidas de precaución para prevenir reinfecciones: cubrebocas, lavarse las manos, sana distancia.
Controlar los síntomas físicos y restaurar en la medida de lo posible el bienestar del afectado son tareas primordiales.
Se sabe que este padecimiento es capaz de acarrear complicaciones por sí mismo o en asociación con otras enfermedades.
Ya se adelantó líneas arriba que no existe un tratamiento específico para atajar este padecimiento de largo aliento.
No obstante, hay equipos de investigación alrededor del mundo trabajando para desentrañar sus misterios y proponer soluciones.
SOLUCIÓN ALIMENTARIA
Miembros de la comunidad clínica llaman a utilizar nutrición contra el covid prolongado.
Los promotores de este recurso han observado que un alto porcentaje de pacientes presentó deficiencias de vitamina D y de ácidos grasos omega 3 durante la fase aguda de la enfermedad.
Por ello, para atenuar los síntomas, se prescribe una dieta rica en esos elementos (el trío se completa con la fibra).
El uso de la vitamina D, cabe mencionar, es objeto de polémica.
Por un lado, están quienes califican de insuficiente a la evidencia sobre su papel benéfico a la hora de tratar el padecimiento.
Del otro están quienes asocian niveles altos de la vitamina solar con tasas más bajas de infección y un menor riesgo de acabar hospitalizado.
La D, cabe mencionar, goza del prestigio de contribuir a un buen funcionamiento del sistema inmune.
En cuanto a los ácidos grados omega 3, se afirma que ayudan a disminuir las inflamaciones características de este mal crónico.
Vitaminas del complejo B, en especial la B12, son muy mencionadas dentro de la dieta anticovid porque los enfermos del mal persistente presentaban reservas bajas de ellas antes de infectarse.
De ello se infiere que su consumo podría favorecer el control de los síntomas.

CONTRA EL COVID PROLONGADO
La relación entre sistema inmunológico y alimentación está más que demostrada.
Más del 80 por ciento de las células del aparato defensivo del ser humano se ubica en los intestinos.
Mientras la comunidad médica afina la mejor guía de acción, los médicos recomiendan incorporar a la rutina diaria una alimentación saludable.
Ingerir vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales ayuda al mecanismo protector a cumplir con sus funciones.
¿Cómo se integra un menú, una nutrición contra el covid prolongado? Con frutas y verduras frescas, cereales integrales y legumbres.
Los frutos secos deben ocupar un lugar principal toda vez que son fuente de magnesio, fósforo, potasio, calcio, hierro, y oligoelementos como zinco o selenio, con propiedades antioxidantes.
En cuanto a alimentos de origen animal, las mejores opciones son las carnes blancas.
Más aliados nada desdeñables son los huevos y los lácteos, por su aporte de vitamina D.
Tan importante como ceder sitio en la mesa para comestibles benéficos es dejar de lado el consumo de comidas ricas en grasa y de los vicios del alcohol y el tabaco.
Otros alimentos que deben considerarse son aquellos que contienen probióticos.
Existen indicios de una correlación entre la composición de la microbiota intestinal y la intensidad con que la COVID-19 golpea el organismo.
El planteamiento detrás de la nutrición contra el covid prolongado es sencillo de enunciar: cuando el sistema inmunológico recibe los nutrientes indispensables para construir defensas sólidas, el virus no avanza a sus anchas y se reduce el riesgo de que extienda su estancia en el organismo.