Por Fabio Pérez
Que la nutrición clínica es salud ha sido ampliamente demostrado.
En síntesis, consiste en adoptar una dieta que aporta nutrientes indispensables para la recta marcha de la vida.
Factores como el estrés, las prisas, las dificultades económicas y la falta de información suelen impedir el consumo de comestibles buenos para la salud.
La nutrición puede ser entendida simplemente como el acto de nutrirse.
Ahondar en el término permite reconocerla como parte de la ciencia médica.
Su campo de estudio abarca alimentos, nutrientes, vida, salud, enfermedad y los estrechos vínculos entre estos conceptos.
Los expertos en nutrición indagan el proceso por el cual un organismo consume, absorbe, transporta, usa y expulsa sustancia alimenticia.
Miradas más profundas se adentran en los terrenos de la Nutrición Clínica.
Así descubrimos sus grandes beneficios:
a) Ayuda a prevenir, diagnosticar y tratar cambios nutricionales y metabólicos ligados con padecimientos crónicos o agudos.
b) Contribuye a resolver condiciones causadas por exceso de energía o falta de ella.
Suele ser vista como un tormento del ambiente hospitalario: la comida que el ingresado se ve forzado a comer durante su estancia en una cama de hospital.
En realidad, se trata de un régimen alimenticio diseñado para que el paciente reciba nutrientes que le ayudan a recuperarse:
+ Vitaminas
+ Minerales
+ Líquidos
+ Glucosa
+ Lípidos
Además, la nutrición clínica funciona como herramienta preventiva.
Por ejemplo, un plan de alimentación perfilado hacia la salud no sólo controla la diabetes, puede evitar que un individuo contraiga este mal.
CONTRA LA MALNUTRICIÓN
Ayuda a tratar la malnutrición, entendida ésta como carencia de alimentos o escasa obtención de nutrientes.
Nutrirse mal tiene severas consecuencias.
Dos de ellas son que altera la composición del cuerpo humano y produce una baja del rendimiento físico y mental.
Nutrirse bien facilita luchar contra la obesidad, condición que abre la puerta a padecimientos.
También mejora a quienes padecen trastornos del aparato digestivo como diarrea, enfermedad inflamatoria intestinal o reflujo esofágico.
Beneficia a afectados por insuficiencia renal crónica o aguda, o que requieren hemodiálisis.

NUTRICIÓN SIN INTERRUPCIONES
Porque la nutrición clínica es salud, cuando la ingesta de alimentos por la boca no es una opción se recurre a dos tipos de soporte nutricional: enteral y parenteral.
En el primero, la recarga nutricia alcanza el tracto gastrointestinal del enfermo tras viajar por una sonda que se coloca a través de la nariz o en el abdomen.
La segunda opción envía nutrientes al organismo por vía intravenosa, una conexión directa con el torrente sanguíneo.
Usar una u otra depende de la condición del paciente y de la valoración médica.
Por lo general, los alimentos que sirven las unidades de salud a sus pacientes cumplen debidamente las necesidades dietéticas.
Sin embargo, es frecuente que el enfermo no termine toda su ración.
Según algunos estudios, este le ocurre a uno de cada dos hospitalizados.
La falta de apetito puede ocasionar que su condición se deteriore.
La desnutrición por enfermedad no respeta edades y no es exclusiva de un solo entorno de la atención médica.
Se da lo mismo en el área de gastroenterología que en cirugía o medicina interna.
Combatir las consecuencias de la desnutrición por enfermedad exige una respuesta desde la nutrición clínica.
Dicha respuesta inicia con la revisión del aquejado, para evaluar sus necesidades y requerimientos dietéticos.
Enseguida, viene el desarrollo de una estrategia nutricional.
Esto significa que se determinan las porciones según las dosis de nutrientes y de energía que requiere el sujeto.
La vía de administración es otro punto que se define.
Consumidas las viandas se monitorea su efecto en el individuo para observar cambios en su condición.
EL CRITERIO CLÍNICO
¿Qué beneficios aporta una dieta que sigue criterios clínicos?
a) Una curación de heridas más eficiente.
b) Reduce las opciones de sufrir complicaciones.
c) Disminuye el índice de infecciones.
d) Acorta el período de estadía en el hospital.
e) Favorece un aumento de la movilización del paciente y una recuperación más pronta.
f) En casos de personas en condición crítica, mejora las chances de supervivencia.
Está más que demostrado que la nutrición clínica es salud.
Reduce la carga de recursos del sistema de salud y hay menos recaídas, lo que se traduce en menos readmisiones y menos dinero que debe destinarse a cuidados.
Cuando se adopta en las etapas más tempranas de la desnutrición por enfermedad, incrementa las opciones de que el enfermo salga bien librado del combate contra una afección.

BIENESTAR EN CASA
La nutrición clínica es un campo de la ciencia médica que ayuda a curarse en salud.
Cierra la puerta a infinidad de enfermedades.
Puede tenerse en el hogar, siempre que esté adaptada a las características del individuo y sus necesidades nutrimentales.
Hoy día, dado que diabetes, hipertensión y obesidad son moneda corriente, conviene interesarse en el tema.
Si reunimos en nuestra mesa vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales ayudamos a nuestro organismo a generar una respuesta inmune eficiente.
Eso marca gran diferencia cuando, por ejemplo, el síndrome metabólico anda rondando.
Además de los alimentos, existen suplementos nutricionales con fórmulas muy versátiles:
1) Ayudan a bajar de peso.
2) Desintoxican el organismo.
3) Brindan cardioprotección.
4) Contribuyen a mantener a raya la gastritis, el síndrome de intestino irritable y otros males del sistema digestivo.
La nutrición clínica es salud no sólo cuando se padece una enfermedad.