Jorge Luis Sierra: Veo una nueva generación de periodistas comprometidos con la ética y la mejora continua

Ni siquiera el último día de su vida, un verdadero periodista puede considerar que llegó a la cumbre de la sabiduría y destreza. Imagino a uno de estos auténticos reporteros en pleno tránsito de esta vida a la otra y lamentándose así para sus adentros: hoy he descubierto algo importante, pero… ¡lástima que no tenga tiempo para contarlo!
-Manuel Buendía-

Por Luis Alberto López

Jorge Luis Sierra Guzmán tiene claro una cosa: la frontera mexicana es tierra fértil para el periodismo de investigación y sus protagonistas están ávidos de aprender.

El director del Border Center for Journalists and Bloggers y el Hub de Periodismo de la Frontera Norte, organización sin fines de lucro que busca empoderar a periodistas, platicó con Plaza Pública sobre sus apreciaciones del ejercicio reporteril en esta zona del país, destacando la proliferación de medios independientes y cuya principal fortaleza radica en su especialización.

Resaltó que a la fecha este proyecto ha capacitado 506 periodistas en materia de seguridad e investigación, 122 reportajes han sido publicados y 119 personas están activas con una fellowship.

Sierra Guzmán habló también sobre el panorama de riesgo que históricamente han enfrentado los periodistas en México y cómo por años se invisibilizó la violencia que vivieron los comunicadores fuera de la capital del país.

Jorge Luis Sierra | Facebook

Hay un desprestigio y descrédito hacia muchas figuras e instituciones. Los periodistas van en ese paquete y parece no importar cuando algo le pasa a uno, ¿por qué llegamos a este punto?

México tuvo un millón de muertos en la Revolución y después no le interesó el tema de la violencia. Después no tuvieron éxito las rebeliones armadas, los grupos estuvieron aislados y la población no participó porque había un cansancio.

La violencia no es algo que resuene mucho en la población y comenzó a refugiarse en su vida cotidiana.

Si tú lees libros sobre la historia de México te vas a encontrar que la represión a los periodistas venía desde la época de la mera concepción del país. Era una prensa muy ilustrada porque eran periodistas que al mismo tiempo eran senadores o representantes populares.

Después de la Revolución cuando todo se empieza a corporativizar la prensa también y comenzó a servir como un instrumento del gobierno. Nada más era la pura vocería del gobierno y se comenzó a utilizar para que los políticos se enviaran mensajes. La gente veía que eso no le importaba, no había ningún interés público y no leían los periódicos, los consideraban corruptos.

A partir de 1983 se generó un cambio en el narcotráfico y se empezó a transportar droga proveniente de Centroamérica hacia Estados Unidos. Las redes del narcotráfico, que incluso cumplían una función social como caciques y algunos de ellos se consideraban benefactores de la comunidad. Con ese cambio tan grande se crean grupos de interés que mataban gente y la respuesta que tuvieron los grupos de seguridad en México fue pelear frontalmente. La población comenzó a ver la violencia del narcotráfico como algo ajeno a ellos.

Y cuando mataban a un periodista decían que en algo estaba metido, era corrupto o intentó presionar a alguien. Hubo una desconexión de la gente con estos temas.

Cuando comencé a trabajar como periodista tenía unos meses de que mataron a Manuel Buendía y para mí era un ejemplo. Él dio un discurso para la juventud en 1984, dos meses antes de que lo mataran, y lo había leído, él habla discurso juventud, amor a la profesión, apego a la verdad.

Me causó mucha impresión y me puse a investigar un poco más. Me di cuenta que la muerte Buendía había sido antecedida por el asesinato de otros tres periodistas en la Ciudad de México y otros más en Tamaulipas, había como 15 muertes antes de esta figura.

Esto ocurrió en tiempos de Miguel de la Madrid y resultó que durante este periodo perdieron la vida como 36 periodistas, para mí fue un shock y comencé a hacer periodismo con un sentido de estar preocupado por la seguridad. Empecé a cuidarme si alguien me estaba siguiendo, llamaba a mi teléfono y no perdí el ojo a estos temas.

¿Por eso hubo un borrón y cuenta nueva a partir del 2000 en cuanto a los asesinatos a periodistas?

Pasó eso. La mayor parte de los medios que sonaban o le importaban al gobierno federal estaban centralizados en la Ciudad de México. En los estados los medios estaban enfrentados a los grupos de poder local y se creó esa falsa imagen de que la Ciudad de México era una zona segura para los periodistas.

No había grupos de defensa de la libertad de expresión y el único era la Unión de Periodistas Democráticos. Cuando matan a Manuel Buendía la asociación se enfocó a poner fin a la impunidad de esta muerte y era su caso emblemático, estuvo centralizado en la ciudad de México y no tocaron los asesinatos de directivos en Tamaulipas, Tijuana, Sinaloa, Chiapas o Guerrero.

Los crímenes ocurren con una población que no cree en los medios, pues no tuvieron una agenda que le corresponda al ciudadano. La defensa de los periodistas estuvo centralizada y los colegas no tenían protocolos de seguridad, quienes pensábamos en la seguridad éramos unos cuantos.

Fue hasta que ocurrieron problemas como los que vivió Torreón como secuestro de periodistas que empezaron a generarse protocolos. Así comenzaron a formarse experiencias locales de protección que rompieron con el esquema centralista.

¿Cuál fue inició del Border Hub?

Conocí la frontera porque me mudé a la frontera. Estaba del lado de Texas y yo había trabajado con el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ por sus siglas en inglés), había sido enviado a Panamá para hacer un proyecto digital, un mapa de registros de casos de corrupción y de crimen con ayuda de ciudadanos y haciendo periodismo de investigación. Ahí duré cerca de dos años y llevé este proyecto a México también, regresé a dirigir las fellowships por un tiempo en Washington, luego me di cuenta que en la frontera no había ningún grupo que estuviera haciendo un trabajo de entrenamiento y apoyo a los periodistas en la frontera. Los periodistas de la frontera estaban solos y todos los esfuerzos estaban concentrados en la Ciudad de México o ciudades capitales de Estados Unidos.

Alicia Fernández

Le dije al centro que quería hacer una red binacional de periodistas para entrenarlos y darles capacitación en seguridad y periodismo de investigación. Tuve una fellowship de un año con la ventaja adicional para ocuparme de lleno a esto. Así nació el Border Center y el Border Hub. Este último nació como una red incipiente de periodistas en la frontera para abordar temas de seguridad.

¿Cómo se vive actualmente el ambiente fuera de la capital en cuanto al ejercicio periodístico?, ¿Qué han encontrado a través del Border Hub y sus capacitaciones?

En primer lugar, la mayoría de los periodistas dependen del internet a diferencia de otras generaciones y tienen cuentas de redes sociales, pero no manejan ningún protocolo de seguridad.

Veo una generación nueva de periodistas, alejada de las anteriores, más éticos y preocupados por mejorar el periodismo, hacer cosas más profesionales.

También más preocupada por elementos multimedia y crear sus sitios web. Fue algo súper fresco porque creo que el ambiente que se vive en la frontera es un ambiente vivo en términos de periodismo y que está constantemente fluyendo con historias, reportajes y que le hace falta un poco más de apoyo para que se siga desarrollando.

Me encontré una ausencia del Estado, falta de apoyo y mucha ansia por aprender, cosa que contrasta mucho con otras partes como la Ciudad de México donde hay mucha soberbia, la gente piensa que no necesita aprender y ya sabe.

En los estados la gente tiene mucha humildad y sabe que necesita aprender, todo lo que llevas lo absorben o aprovechan, me he encontrado que es un lugar ideal para hacer periodismo con colegas que son entusiastas.

Mencionas el tema de los medios independientes y emergentes con redacciones pequeñas, ¿cuál es tu valoración sobre estos espacios en la frontera?, ¿qué retos enfrentan?

El reto principal es que sobrevivan económicamente. He visto mucho desarrollo en contenido, pero poco en términos de sustentabilidad y modelo de negocio.

Creo que es necesario trabajar más ese punto y por otro lado son organizaciones que no tienen muy clara la constitución jurídica, siguen siendo administrados en forma un poco artesanal y no manejan bien los presupuestos. Hay una nueva oportunidad para conectarse con oportunidades de apoyo internacional, pero estas organizaciones quieren ver un modelo de negocios y capacidad administrativa.

¿Ahí radica la importancia de la especialización?

Siempre va haber alguien que te lea o esté interesada en lo que tu escribes porque México tiene esa diversidad de intereses. Creo que la especialización la vimos como un paso necesario en el periodismo, pues estamos viviendo problemas tan complejos que necesitamos especializarnos.

Alicia Fernández

He visto varios medios exitosos por ser especializados. Un ejemplo lo tenemos en Guanajuato donde hay una planta Nissan con una comunidad japonesa. Ahí un par de colegas pensaron en hacer una revista para esta comunidad y tienen un éxito fantástico. Ellos tienen ayuda de traductores, hacen entrevistas y es un modelo de negocio único porque supieron ver un campo abierto y un público específico.

En el caso de medios como Heridas Abiertas creo que tiene una oportunidad en las comunidades muy interesadas en los derechos humanos y que quieren comprender más a fondo el tema.

Creo que tiene un público que necesita ese grado de conocimiento especializado, no son pocos y hay muchos colectivos, y para el que hay que seguir escribiendo y tratar de servir como un puente con los ciudadanos de a pie que necesitan entender más este campo. No creas que solamente los asesinatos de periodistas son ignorados por la población, sino también los de defensores de los derechos humanos. La gente no responde y creo que a los grupos les hace falta un poco más de trabajo de comunicación y conexión con la población.

Algo que destacas mucho para garantizar la seguridad del periodista es el blindaje editorial y el rigor en la información que se maneja, pero ¿qué más hay que tomar en cuenta si nos referimos a que muchas veces los reporteros nos podemos poner en riesgo por nuestro ego?

Creo que falta un sentido de relación con las fuentes muy profesional. Sin crear amigos o enemigos, uno confunde llevarse bien y les mandas un mensaje de que eres su amigo, luego escribes en su contra y dicen que los traicionaste o se vuelven enemigos para siempre.

Sería verificación, balance y cultivo de fuentes. Otra cosa es que para ser apoyado por la población necesitas que la población te lea y para que te lea necesitas escribir bien, necesitas una calidad editorial muy buena para que se sienta atraída y lea lo que generas. Puedes tener la mejor de las intenciones y una agenda propia, pero no lograr ese click con la población.

Va ser algo muy raro que lo diga, pero la buena redacción también puede ser un factor de seguridad para el periodista.

Sí te va leer tu enemigo, al que molestaste con tu reportaje, seguro que te va leer, pero no la población a la que le quieres explicar. Si publicas una violación de los derechos humanos es como si nada más le estuvieras mandando un mensaje al violador y él se va reír porque nadie te está leyendo.

Otra parte de la seguridad en que volvería insistir es la parte humana de las relaciones, pues creo que los atacantes se van con los flancos más débiles y si el primer círculo de seguridad que es la familia está destruido, no hay algo que te proteja.

La otra cosa sería buscar una comunidad más amplia y hay que empezar a ver las cosas en el sentido de que nos conviene estar más unidos que separados. Tener vínculos con gente que no necesariamente es de nuestro modo de pensar, eso es difícil y he visto muchas rivalidades en las comunidades de periodistas. A veces cuesta trabajo organizar un taller por esto y es un factor que de pronto veo pudiera ser aprovechable para alguien que rivalice con el gremio.

Pienso que el periodista que está en un medio tradicional tiene una labor más fuerte que la del independiente, pues tiene que convencer a su medio y no es fácil manejar una agenda propia.
El reportero independiente o freelance tiene un campo mucho más abierto, sin embargo está el reto de hacerlo bien y sostenible.

En materia legal ha habido ambientes adversos desde hace mucho y posiblemente la situación empeore, pero lo que va inclinar la balanza a favor del periodismo es la profesionalización.

Jorge Luis Sierra | Facebook

Hablas mucho de las escalas de riesgo en los cursos de seguridad. Pareciera que a veces los periodistas no las atendemos, ¿qué debemos tomar en cuenta ante las escalas más débiles o que tienen que ver con comentarios de las fuentes?

Depende mucho del contexto y creo que esas declaraciones que hacen los funcionarios son amenazas veladas o declaradas que hay que estudiar si son creíbles o no.

Por mucho tiempo fueron cosas que no pasaban, pero cuando dejan de ser no creíbles es cuando vienen los desenlaces fatídicos. Hay que analizar su círculo de influencia, su capacidad y voluntad de hacer daño, la conveniencia o no de hacer daño, la coyuntura política.

En muchas partes los asesinatos ocurren en procesos electorales, antes o después de la elección, sobre todo antes porque la clase política está combatiendo en sí misma y se pasa los documentos con trapitos sucios al periodista, el periodista los publica y recibe las consecuencias de eso.

Es necesario estudiar y estar conscientes del momento. A parte de periodista tienes que ser un analista político y estar viendo cómo te tienes que mover. Te aseguro que si desarrollas esa capacidad vas a hacer trabajo independiente sostenido y creo que México tiene este tipo de periodistas porque han sabido mantener los equilibrios para seguir trabajando.

Se trata de no romper el equilibrio, pensar muy bien en el proceso de investigación, darle seguimiento a las cosas y no descuidar los flancos. Ser diverso en los temas, pues ser monotemático es complicado porque te creas un sólo tipo de enemigo porque siempre le estás pegando al mismo. Eso lo aprendí de un reportero estadounidense que trabajaba en Alemania y era el más especializado en las corruptelas de Putin, pues un día le pregunté sobre sus protocolos de seguridad y me dijo que la clave era no escribir sobre el mismo personaje dos veces seguidas porque te lo echas encima.