Califique al servicio médico

Por Fabio Pérez

Califique al servicio médico, además de un buen consejo, es una práctica indispensable para mejorar la calidad de la consulta en particular y de los servicios sanitarios en general.

Hacerse un juicio acerca de la calidad de la atención clínica es relativamente sencillo.

La experiencia de visitar al doctor, por ejemplo, más allá del problema de salud que se padezca, puede describirse mediante el uso de adjetivos que van desde un “excelente” hasta un “horrible”.

A veces, valorar la actuación del profesional, o del equipo, que nos atiende se complica porque, después de todo, pacientes y familiares no son expertos en la materia.

En la opinión que se formula influye la idea de que se está recibiendo el mejor desempeño de los trabajadores de hábitos blancos en unas instalaciones que ofrecen condiciones adecuadas para la cura de las afecciones.

Se estima que cada año ocurren entre 5.7 y 8.4 millones de muertes en naciones de ingresos bajos y medianos por causa de una atención clínica deficiente.

En su extremo superior, ese rango representa hasta el 15 por ciento de las defunciones ocurridas en esos países.

Algunos estudios han concluido que, en esos pueblos con recursos limitados, hasta seis de cada diez muertes por enfermedades que requieren auxilio médico son imputables a una prestación de servicios de salubridad de baja calidad.

Los fallecimientos restantes serían consecuencia de no recurrir al sistema de salud.

En países de ingresos elevados, el diez por ciento de los pacientes sufre algún perjuicio al recibir ayuda sanitaria.

Otras consecuencias nefastas de los malos servicios de sanidad son que siete de cada cien pacientes hospitalizados contraen una infección relacionada con la atención clínica y las cuantiosas pérdidas de productividad que acarrean.

CALIDAD ES SALUD

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, mejorar la cualificación, las condiciones y los recursos de las unidades de salud podría evitar un sinfín de desgracias:

a) 2.5 millones de muertes por males cardiovasculares.

b) 900 mil defunciones por tuberculosis.

c) 1 millón de fallecimientos de recién nacidos.

d) La mitad de las muertes maternas cada año.

Los diagnósticos disponibles, sin embargo, no son alentadores.

A nivel mundial, las estructuras existentes para lograr una atención de calidad son ampliamente superadas por la demanda.

Uno de cada ocho centros de salud no está conectado a la red de agua potable.

Uno de cada cinco carece de servicio de saneamiento.

Uno de cada seis no tiene instalaciones para lavarse las manos en los puntos de atención.

Se calcula que 1.8 mil millones de personas, el 24 por ciento de la población mundial, viven en contextos frágiles en los que hay dificultades para la prestación de servicios clínicos básicos.

¿QUÉ SIGNIFICA?

En cualquier industria, la transformación de materias primas, por ejemplo, los errores se pagan con pérdidas de dinero.

El sector salud tiene la particularidad de que los fallos se traducen como vidas perdidas.

Las consecuencias de esos errores incluyen el desprestigio del profesional clínico, y de la institución en la que labora, la condena ética y hasta repercusiones de tipo penal.

¿Qué es la “calidad” en salud?

Una definición elemental dice que es la clase de medicina practicada y enseñada por líderes reconocidos de la profesión en un momento o periodo determinado.

Según este concepto, la calidad sanitaria equivale a un servicio médico que se desarrolla conforme a normas.

Otra definición dice que es una propiedad de la atención clínica que puede ser obtenida en diversos grados.

Consistiría, pues, en obtener los mayores beneficios del auxilio médico al tiempo que se minimizan lo más posible los riesgos para el paciente.

Desde esta óptica, el producto de la intervención médica varía conforme a los recursos con los que cuenta el profesional sanitario para proporcionar la atención.

Una definición más dice que la calidad en salud significa que los servicios prestados a individuos y poblaciones incrementan de forma significativa la probabilidad de alcanzar los resultados deseados; estos últimos, además, deben corresponderse con el nivel actual de los conocimientos profesionales.

Se trata de una definición más completa ya que considera a individuos y colectivos; también vincula el resultado de la intervención clínica con el desarrollo científico técnico y su dominio por parte del personal sanitario.

Esta visión brinda la posibilidad de que el paciente califique al servicio médico.

ASPECTOS A MEJORAR

La calidad en la atención sanitaria también abarca conceptos como la promoción de la salud, la prevención y el tratamiento de males, o la rehabilitación de los aquejados por un padecimiento.

El impacto de la intervención clínica puede medirse y, por lo tanto. mejorarse de forma continua atendiendo a indicadores que contemplen las necesidades y preferencias de los usuarios.

Es indispensable que pacientes, familias y comunidades califiquen al servicio médico.

Las unidades de salud deben brindar una atención eficaz, eficiente, segura, oportuna y equitativa.

También deben proporcionar cuidados integrales y centrados en las personas.

La OMS destaca seis aspectos de la calidad en el ámbito clínico:

1. Una buena gobernanza.

2. Personal sanitario cualificado y competente que cuente con apoyo y esté motivado.

3. Mecanismos de financiación que posibiliten y fomenten la mejora de los indicadores.

4. Sistemas de información que cumplan labores de vigilancia e impulsen una mejor atención.

5. Disponibilidad de medicamentos, dispositivos y tecnologías.

6. Centros sanitarios accesibles y bien equipados.

CALIFICAR PARA MEJORAR

En el ámbito del médico familiar y general la calidad en la atención al paciente es especialmente importante.

Al doctor de cabecera le corresponde, por lo general, el primer contacto con el enfermo.

En su consulta se concreta la primera evaluación del usuario; suyo es el deber de encauzar a la persona hacia la recuperación.

Los profesionales de la salud tienen una posición privilegiada con respecto a sus clientes: influyen de forma decisiva sobre el estado de cada aquejado a su cargo.

Ni los usuarios ni el personal sanitario deben pasar por alto que la calidad en salud no significa solamente la satisfacción del cliente y el manejo adecuado de los costos.

También consiste en eliminar de la ecuación fallos, en especial aquellos que adquieren la forma de daños irreversibles o que exigen, como mínimo, más intervenciones.

Un buen punto de partida es que los beneficiados, y los afectados, por las decisiones de los agentes de hábitos blancos califiquen al servicio médico.