Metrobús Laguna: un lustro de vergüenza

La construcción de la infraestructura para la ruta troncal del Metrobús Laguna cumple cinco años.

Hace un lustro nos prometieron a los laguneros que en pocos meses tendríamos un sistema de transporte moderno.

Lo único con lo que hoy contamos es una obra inservible, que sin ser aún inaugurada luce ya deteriorada y se ha convertido en un auténtico elefante blanco atrapado en el bulevar Revolución, una de las vías más transitadas de Torreón.

Para dimensionar de manera más precisa la forma en que la región ha padecido esta obra debemos tomar en cuenta que el proyecto en realidad tiene más de cinco años.

La intención de consolidar un sistema Metrobús que conectara de manera eficiente la zona metropolitana de La Laguna (Matamoros, Torreón, Gómez Palacio y Lerdo) para impulsar su desarrollo económico comenzó a socializarse fuertemente desde hace al menos una década.

El municipio de Torreón tomó la delantera durante la administración de Eduardo Olmos Castro (2010-2013). A través de su dirección de Transporte Público efectuó reuniones con concesionarios para darles a conocer el proyecto y puso el tema sobre la mesa en foros sobre desarrollo metropolitano.

Las principales trabas en aquel entonces eran la reticencia de los concesionarios y la falta de homologación de las leyes y reglamentos en la materia de Coahuila y Durango.

El proyecto parecía diluirse poco a poco, pero Enrique Peña Nieto lo rescató al asumir como uno de sus compromisos presidenciales “Modernizar el transporte público urbano en la región lagunera. Primera etapa”.

Al inicio el compromiso formaba parte de los que el Ejecutivo adquirió con el estado de Durango, sin embargo, una vez que el priista tomó protesta se planteó expandirlo para que abarcara los municipios de Torreón y Matamoros en Coahuila.

El proyecto era atractivo: un sistema masivo, seguro, competitivo y eficiente que pusiera fin a las unidades chatarra que transitan en los municipios laguneros con el objetivo de ahorrarle tiempo de traslado a los usuarios y disminuir la contaminación ambiental.

Al final los intereses de los transportistas de Durango se impusieron y sepultaron los planes gubernamentales, pues no avanzó la construcción de la infraestructura de ese lado de La Laguna.

Coahuila, por su lado, se adueñó del proyecto durante la gestión del gobernador Rubén Moreira Valdez.

El 17 de noviembre de 2016 comenzaron los trabajos para construir la infraestructura de la ruta troncal y en esa ocasión el entonces mandatario estatal afirmó que se trataba de una obra que “ni pidió, pero que se tenía que aprovechar”.

El proyecto sirvió a las aspiraciones políticas del entonces alcalde de Torreón, Miguel Ángel Riquelme Solís, quien se convertiría en su sucesor.

Durante su campaña a la gobernatura, las referencias de Riquelme hacia la obra eran frecuentes e incluso se comprometió a darle un sistema de transporte similar a Saltillo y Monclova.

La investigación del periodista Luis Alberto López La inacabable ruta del Metrobús Laguna, publicada en agosto pasado por el Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte (Border Hub), documenta las múltiples irregularidades del proyecto en cuanto a su ejecución, la afectación que trajo hacia la población y la incertidumbre que todavía genera.

Su conclusión es simple: luego de más de 800 millones de pesos, cinco prórrogas para la entrega y al menos tres auditorías federales no hay certeza de cuándo arrancará el sistema de transporte. Tampoco hay culpables que hayan pagado por omisiones administrativas.

El pasado 25 de octubre el secretario de Inversión Pública Productiva, Gerardo Berlanga Gotés, afirmó que el sistema no se ha puesto en marcha por la oposición de los concesionarios del transporte público de Torreón y la autoridad municipal.

En contraste, ese mismo día el gobernador Miguel Ángel Riquelme utilizó la pandemia como pretexto. Su argumento fue que los aforos en las rutas bajaron de manera drástica como para que los empresarios del transporte pudieran adquirir las unidades necesarias para el Metrobús Laguna.

A cinco años del inicio de su construcción, el Metrobús Laguna continúa acumulando fallas y auditorías que evidencian su mala planeación y ejecución, pero tal parece que la lista de excusas y culpables también es inacabable.

Incluso lo que hace poco más de un año comenzó como una broma entre los internautas laguneros se convirtió en una realidad indignante: llegó primero la vacuna contra el COVID-19 que la inauguración del Metrobús. Sin duda ha sido un lustro de vergüenza.

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