Intoxicarse con alcohol

Por Fabio Pérez

Intoxicarse con alcohol representa una amenaza más grande de lo que se aprecia a simple vista.

La sensación de malestar, de cruda física y moral, es el menor de los problemas que puede producir el consumo inmoderado de bebidas embriagantes.

El exceso de alcohol en el organismo, que acompaña a mucha gente de espíritu festivo, con frecuencia acarrea consecuencias severas.

Ahí están, por ejemplo, los accidentes que protagonizan automovilistas alcoholizados. No es inusual que terminen con la defunción de alguno de los involucrados o bien en discapacidad permanente.

Menos evidente es la posibilidad de intoxicarse con alcohol.

Las náuseas suelen ser la primera señal de que se han ingerido demasiados tragos en poco tiempo.

Respiración, temperatura corporal y frecuencia cardíaca se ven afectadas

Si el bebedor no se pone límites, corre el sufrir una deshidratación severa; en los peores escenarios, la ingesta inmoderada lleva al afectado a un coma, a un daño cerebral irreversible, o a la muerte.

También hay casos en los que una persona —de cualquier edad— termina intoxicada porque toma accidentalmente, o de forma intencional, productos que forman parte de la rutina del hogar y que contienen alcohol.

Los problemas relacionados con la ingesta apresurada de bebidas embriagantes exigen solicitar asistencia médica rápidamente.

LAS SEÑAS

Además de los signos ya mencionados, el bebedor intoxicado puede registrar los síntomas siguientes:

Confusión

Piel pálida

Vómito

Convulsiones

Perder el conocimiento sin poder despertar

La ingesta excesiva hace que la respiración se vuelva lenta e irregular, con menos de ocho respiraciones por minuto y con intervalos, entre inhalación e inhalación, de más de diez segundos.

Si se observa que alguien abusó de la botella y ha empezado a mostrar síntomas, debe buscarse ayuda clínica de inmediato.

EMERGENCIA

Sufrir una intoxicación por beber alcohol es un escenario de emergencia.

Un error común consiste en creer que con dejar dormir al individuo alcoholizado el problema quedará solucionado. Pensar de ese modo equivale a abrir la puerta a una desgracia.

Una vez que se solicita el auxilio médico, hay que prepararse para informar al personal sanitario sobre la cantidad y el tipo de bebida embriagante que consumió el paciente, cuándo dio trámite a los tragos y cuánto tiempo tardó en ello.

No debe dejarse solo a un individuo que ha quedado inconsciente tras intoxicarse con alcohol.

La embriaguez afecta el resorte de las náuseas. En un momento dado, el aquejado puede acabar ahogado en su propio vómito.

Mientras llega la ayuda, nada de intentar provocar que el intoxicado vacíe el estómago. Si el afectado tiene que vomitar, hay que ayudarlo a que lo haga, pero no de pie sino sentado.

Si el individuo que sufre por la ingesta inmoderada y rápida necesita recostarse, toca colocarlo con la cabeza vuelta hacia un costado (dicha posición ayuda a evitar los ahogos).

También hay que ocuparse en mantener despierta a la persona intoxicada; perder el conocimiento, cuando se tiene exceso de bebida en el organismo, puede ser peligroso.

RIESGO Y PREVENCIÓN

El perjuicio derivado de intoxicarse con alcohol aumenta de la mano de los siguientes factores:

Peso y contextura

Condición de salud

Si comió antes de empezar a beber.

Combinar el alcohol con otras drogas.

La graduación alcohólica del producto consumido y la cantidad ingerida

La tolerancia a la bebida que se tenga

Muchas personas retrasan la llamada a emergencias porque resulta difícil determinar si el individuo alcoholizado necesita atención médica.

Conviene aplicar el principio de “más vale prevenir…”.

Las consecuencias de reportar una falsa alarma son menos severas que las derivadas de intoxicarse con alcohol.

Cabe mencionar que esta sustancia se halla presente en muchos productos del hogar.

Con su forma de etanol (la misma de las bebidas embriagantes) forma parte de las fórmulas de extractos para cocinar, enjuagues bucales y algunos medicamentos.

Como alcohol isopropílico se encuentra en el alcohol para fricciones, lociones, desinfectantes, limpiadores y detergentes.

Como etilenglicol se halla presente en pinturas, solventes y anticoagulantes.

Sin embargo, el camino más frecuente hacia la intoxicación es el trago desmedido en un corto periodo de tiempo.

Los otros alcoholes presentes en el hogar causan otros tipos de intoxicación que también ameritan tratamiento médico de urgencia.

DEMASIADO

Cuando un varón ingiere de forma acelerada cinco o más tragos (entendiendo por “trago” una cerveza de 355 mililitros o una copa de vino de 150 mililitros) en dos horas, avanza a paso veloz hacia la intoxicación. En el caso de una mujer se ocupa un trago menos en el mismo lapso.

También sucede que los atracones de alcohol no son cosa de un rato o de una noche.

Hay enfiestados que llegan a entregarse por días consecutivos a la ingesta excesiva.

Debe mencionarse que un individuo puede consumir una dosis fatal antes de caer desmayada.

Que el intoxicado esté inconsciente o haya debajo de beber no hace diferencia; el alcohol sigue saliendo del aparato digestivo hacia el torrente sanguíneo, es decir, se sigue incrementando el nivel de etanol en el organismo.

A diferencia de los alimentos, que pueden pasar horas en el cuerpo antes de ser digeridos por completo, el compuesto alcohólico es absorbido con rapidez, pero el organismo tarda mucho más tiempo en desecharlo.

En síntesis: cuando se bebe mucho, en corto tiempo, se corre el riesgo de intoxicarse con alcohol.

Si uno tiene enfrente a un familiar, amigo o compañero de parranda con demasiados tragos encima y alguno de los síntomas mencionados, más vale pecar de precavidos y pedir ayuda clínica.