‘Nomadland’: ¿Por qué es la favorita rumbo a los Oscar?

Frances McDormand figura en Nomadland no sólo como protagonista, sino también como productora. La actriz quedó tan maravillada con el libro Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century de Jessica Bruder que impulsó su adaptación al cine.

Chloé Zhao se encargó del guion y la dirección. La película es un híbrido entre la ficción y el documental en tono poético que ha seducido a los jurados de los certámenes más prestigiosos del mundo y a la crítica, de modo que es la favorita para ganarse el Oscar a Mejor Película.

¿De qué va? Fern (Frances McDormand) lo pierde todo debido a la crisis económica de 2008. Cuando la empresa de la que depende económicamente la localidad en que vive cierra operaciones, ella se queda sin empleo, sin casa y, eventualmente, sin pueblo.

Como si no fuera suficiente para que Fern abrace el desarraigo, se nos puntualiza que no hace mucho perdió también a su amado esposo, con quien no tuvo hijos.

Así que sola, sin opciones de empleo estable o pensión y sin más posesiones que un par de objetos ligados a sus recuerdos, consigue una furgoneta y se lanza a la carretera. En ella duerme y viaja a lo largo y ancho de Estados Unidos en busca de empleos temporales.

La mayoría son trabajos pesados a cambio de una paga modesta que no siempre alcanza para comidas saludables o el mantenimiento de su vehículo, mas ofrecen la ventaja de no atarla a una oficina y horario que la harían perderse de paisajes, atardeceres y experiencias invaluables.

En el camino se encuentra con una tribu conformada por más personas que viven como ella, todas dispuestas a compartir sus aprendizajes y, sobre todo, a tenderse la mano mutuamente. De esta forma el filme critica el arraigado individualismo que sostiene al sistema capitalista.

Pero no politiza el tema, al menos no explícitamente, prefiere mostrarnos sus efectos más profundos en la psique de las personas al concentrarse en el drama personal de Fern y algunos detalles de la gente con la que coincide en sus trayectos.

El nomadismo es la alternativa que halla Fern no sólo a su situación económica, sino al deseo de construir una vida fuera de convencionalismos que imponen la familia, los amigos y el consumismo. Pero disfrutar de las bondades de ese estilo de vida no la salva de las adversidades.

McDormand transmite los claroscuros de aspectos como la soledad, el hogar, el sentido de pertenencia, el amor, la obstinación, la dignidad y la vejez. Su trabajo, contenido pero lleno de matices, equilibra algunos excesos, como los planos de paisajes y el uso de la música.

Nomadland es una película bellísima que dispara innumerables reflexiones en torno a la (im)posibilidad de una vida digna en una realidad marcada por la progresiva precarización del trabajo, aunque no profundiza en sus causas y mucho menos propone soluciones.

Se enfoca simplemente en retratar el camino o las formas que han encontrado algunas personas para “resistir”, aunque sin un horizonte político. Por momentos resulta contradictorio que los personajes pretendan vencer “la dictadura del dólar” y al mismo tiempo trabajen para Amazon. O que la cinta plantee una crítica al individualismo y resalte el sentido comunitario mientras la mayoría de estos nómadas viajan completamente solos a bordo de sus furgonetas.

En general Nomadland me gustó mucho, la disfruté y la recomiendo por las razones que ya enuncié, pero tengo que decir que lamenté que no explotara el enorme potencial político de los testimonios recabados por la periodista Jessica Bruder en su libro.

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