Me parece increíble el poder que tiene la fotografía para crear vínculos: Juan Carlos López

Pensar en la finitud de todo lo que existe, incluida la fotografía, es la idea que ha impulsado a Juan Carlos a realizar sus proyectos artísticos 

Aunque el primer acercamiento formal de Juan Carlos López Morales con la fotografía fue en el año 2007 con un seminario que realizó en el Centro de la Imagen (CI), su interés y aproximación a esta técnica se dio durante su adolescencia gracias a la correspondencia ajena que llegó, durante varios años, al buzón de su antiguo departamento en la calle Mazatlán, en la Colonia Condesa de la Ciudad de México.

Revistas, invitaciones a diversos eventos del CI y demás correos relacionados con la fotografía llegaban al buzón que había correspondido a la inquilina anterior, hasta entonces desconocida para el ahora fotógrafo. 

“Resulta que quien había vivido ahí era Yvonne Venegas, a ella le llegaban las invitaciones y yo las acumulaba porque tampoco es que tuviera contacto con ella. Y muchos años después que la conocí, platicamos y le conté la historia y me dijo que justo antes, otro fotógrafo vivió en ese departamento. Entonces, como que haber caído en ese lugar fue decisivo para involucrarme con las fotografías”, recuerda Juan Carlos.

Sin embargo, para esa época adolescente, el fotógrafo ya se había involucrado previamente en talleres de poesía, donde identificó que mucho de lo que escribía se relacionaba con la imagen.

Desde entonces y hasta la fecha, la experiencia, formación y los procesos creativos de Juan Carlos han sido multidisciplinarios. Se licenció en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México, estudió el Seminario de Fotografía Contemporánea en el Centro de la Imagen, hizo un Master en Mindfulness en la Universidad de Zaragoza y a su experiencia profesional ha sumado becas, distinciones y premios nacionales e internacionales, así como vastas exposiciones individuales y colectivas, mientras se dedica, entre otras cosas, a dar clases y talleres de fotografía en instituciones como CONARTE Monterrey, la Universidad del Claustro de Sor Juana y la Academia de San Carlos, entre otros lugares. 

Obra de Juan Carlos López Morales
Juan Carlos López Morales

Parte de los procesos artísticos que ha realizado Juan Carlos en los últimos años, se desprenden de los álbumes familiares y de la influencia que tienen la meditación y el mindfulness.

“Esta idea de que la fotografía es para siempre y de que si estamos fotografiados vamos a permanecer para siempre, no es cierto. Al final todo, en algún momento va a desaparecer. Y creo que la foto es ese intento, esas patadas de ahogado de los seres humanos, por querer permanecer. Por eso mi idea de trabajar con imágenes que están en proceso de desaparecer, en putrefacción. Los seres humanos somos finitos, y en algún momento alguien se va a olvidar de nosotros y nos vamos a hundir en el olvido y no pasa nada, quizá es un regalo que nos olviden”, expone Juan Carlos.

En tu proyecto de Tentativas de Olvido, desprendiste las fotografías de un álbum familiar que adquiriste en un mercado de antigüedades y las colocaste en las páginas de diferentes libros de la Biblioteca Central de la UNAM para que alguien más las tomara y se hiciera cargo de ellas. De alguna manera, hay un ciclo que buscas que se cumpla al esperar que la persona que encuentre la foto se responsabilice de ella, pero, ¿qué pasa si nunca encuentran esas fotos, o si las encuentran y no se hacen cargo de ellas?

En realidad, si nadie las encuentra también me parece algo interesante. No lo planeé, pero ya después de que puse todas las fotos, algo que me interesó muchísimo, que me voló la cabeza, fue pensar que la biblioteca en sí misma se había convertido en el álbum de familia en una persona, o sea, el soporte para el álbum. Ya no estaban en un libro o en un cuaderno, sino que ahora estaban en una biblioteca. Entonces, cada vez que pasaba por la biblioteca era como “wow, ya se convirtió en un álbum en sí”, ¿cuánto tiempo van a estar aquí estas imágenes?, quién sabe, puede ser que estén un mes, que a lo mejor pasen cincuenta o sesenta años, no sé. 

Creo que hay unos protocolos que utiliza la universidad en la que revisan todos los libros o los limpian. Eventualmente las van a encontrar, pero que esté esa imagen latente y una posibilidad de que llegue un lector o lectora y eso puede tardar mucho tiempo, esa idea también me encanta. 

Ese proyecto fue en el 2016 y en el 2018 volví a cada uno de los libros a buscar las fotos y creo que ya había la mitad. 

De hecho, entre las posibilidades que me imaginaba, me entusiasmaba la idea de que estuvieran regresando las fotos a los bibliotecarios encargados de cada piso, y se empezara a crear esta duda de dónde están saliendo estas fotos, cómo por qué está pasando eso. Pero bueno, ahora que lo estoy pensando, qué bueno que esa parte del proceso se soltó. Porque mi tendencia ha sido siempre a controlar mucho los procesos y esa parte ya no estuvo dentro de mi control.

¿Cómo es que, dentro de tu experiencia con la fotografía y el arte, se sitúa en tu currículum un máster en Mindfulness?

Creo que me asumo como alguien que es muy curioso. Normalmente me interesan esos espacios como interdisciplinarios y todo ha sido un proceso. Cuando estudiaba literatura y hablaba sobre mis intereses en la foto, la gente, mis compañeros de clase eran de: “no, es que tú eres fotógrafo” y luego con la gente de foto es “tú como que eres literato, ¿no?” Entonces,

Estar en ese punto intermedio me ha sido muy útil para producir. 

Fue un interés totalmente personal, en el que me di cuenta que primero necesitaba una herramienta que me ayudara a conectar más conmigo mismo y empecé a meditar como en distintas tradiciones, distintas formas y me encantó, porque me estaba funcionando y quería empezar a entender más y a compartir con otras personas y fue así que decidí estudiar una especialización en mindfulness.

Ahora me doy cuenta que eso me ha ayudado mucho a entender mis procesos creativos y a ser mucho más perceptivo, a afinar mucho mis sensaciones, mis intuiciones. A nivel artístico también me ha dado mucha más flexibilidad.

Estos beneficios y ese crecimiento, ¿has pensado si los habrías podido obtener conforme avanzara el tiempo y no estudiando esta especialización?

Creo que sí, pero me hubiera tardado más. Sí creo que el estudiar mindfulness me ayudó a tener una distancia que me ayudó a observarme de otra forma. Como que antes de la meditación, producía y producía, y obviamente hacía caso a mis intuiciones, exploraba muchas maneras de acercarme a la foto, pero fue la meditación la que me ayudó a darme cuenta desde dónde estaba trabajando. Se volvió un cuestionamiento personal muy profundo, no solamente como artista, sino como persona. 

Siento que estaba muy en el canal de “yo soy fotógrafo y soy artista y a esto me dedico”. Y el mindfulness me ayudó a decirme y preguntarme: “a ver, primero eres persona. Qué necesitas, cuáles son tus ritmos, cómo estás produciendo, desde dónde estás produciendo, para qué estás produciendo”, y no encarrilarme solamente en un ritmo de producción.

Esto me ayudó a reflexionar sobre qué temas estoy trabajando, hasta qué punto estoy siendo sincero con lo que estoy diciendo, con lo que estoy proponiendo. Y de hecho, toda esa etapa produje muy poco, porque hubo un momento donde dije: creo que ahora no se trata simplemente de producir, sino de mirar quién soy y qué me preocupa y hacia dónde quiero ir.

Con ese proceso de autoconocimiento, y adentrándonos a esa pregunta que surge algunas veces sobre qué tan personal es o debe ser la obra del artista, ¿qué tanto de esos cuestionamientos personales que has reflexionado están presentes en tus proyectos?

Obra de Juan Carlos López Morales
Juan Carlos López Morales

Yo creo que sí son personales, aunque no hable de mi familia o mi experiencia vital como tal. Más bien tienen como cierta atmósfera o cierto tono que es ultra personal. Por ejemplo, el proyecto de Memento Mori, esta imagen de la cabra en una mesa, ahí no era consciente, pero estaba toda esta preocupación por la muerte y por el paso del tiempo. Ya visto a la distancia, es como “ah, claro, yo estaba angustiado por eso y no me estaba dando cuenta”. O en este proyecto que se llama 4 13, que son estas imágenes oscuras y demás, yo en ese momento hice ese proyecto a la par de otro que se llama Ariadna, que fueron tratando de explorar mi parte como más oscura, más instintiva, pero no sabía que ahí me estaba dejando llevar.

Lo más explícitamente personal que he hecho fue lo de Extraños familiares, donde están estos fragmentos de mi álbum familiar y creo que es muy personal porque eventualmente se vuelve como el motor de otros proyectos. Creo que yo emprendo un proyecto porque hay una pulsión personal que me empuja a contar esa historia.

Álbum Juan Carlos López Morales
Juan Carlos López Morales

En los últimos años has trabajado sobre los álbumes de familia ¿por qué un álbum? ¿Hay un interés en mostrar los vínculos familiares, los objetos que resguardan, o los vínculos que hay entre las familias y esos objetos?

Es una pregunta que me estoy haciendo en los últimos años. Mientras estamos hablando, me doy cuenta que me he dejado llevar más de lo que yo he creído. Como que a veces me he asumido como una persona muy racional. Que sí lo soy, pero a la vez celebro que me he dejado llevar por esas cosas.

Lo del álbum ha sido un dejarme llevar y creo que sí me interesan mucho los vínculos y es algo que, por ejemplo, el mindfulness me ha ayudado a tener más claro. Me he dado cuenta que lo más importante para el ser humano son las conexiones y del poder que tenía un pedazo de papel con pigmento y cómo eso podía ser una manera de unir familias, de cómo muchos de los recuerdos de familiares que tengo, que ya no están cercanos por diferentes situaciones, mi único vínculo con ellos son las fotos.

Creo que también inicié este proyecto de fotografías perdidas porque me encontré un álbum cuando estaba en España en Valencia y eso me hizo recordar que yo perdí unas fotos cuando iba en la primaria, que me dejaron la tarea de llevar fotos favoritas. Yo tenía unos 7 años y pegué las originales y nunca volvió esa tarea a mí. Y ahora que voy a los mercadillos donde hay fotos, como que estoy atento a ver si por ahí aparecen mis fotos.

A lo que voy, es que me parece increíble el poder que tiene la fotografía para crear vínculos entre las personas, como el tener un álbum de familia, o compartir una foto. Pertenecemos de alguna manera o estamos conectados de alguna forma y el álbum es todo este archivo comunal en el que, si yo estoy en ese álbum, oficialmente pertenezco a esta familia. En sí, el objeto fotográfico me parece super misterioso.

¿En tu casa era común que tuvieran esos objetos?

Había pocos, pero sí. Y a la vez siento que esta exploración es una pregunta que todavía no contesto. Yo mismo me he sorprendido trabajando con álbumes de familia y me pregunto qué traigo con mi familia. Puede ser que esté buscando cierto vínculo.

Ahora, dentro de todos mis procesos, cada vez me doy más cuenta de la potencia de las comunidades, de las redes de apoyo para el desarrollo de los seres humanos y la solución de los problemas actuales. “¿Qué es una familia?” creo que es una pregunta que me hago a nivel vital, que de alguna manera se está asomando por ahí en mis procesos creativos. Es algo que todavía no lo tengo muy claro.

Obra de Juan Carlos López Morales
Juan Carlos López Morales

¿Cómo incluyes el mindfulness en tus procesos creativos?

El cuestionarme si tengo o no algo que decir, por qué estoy tomando fotos, por qué quiero ser artista. Es como un proceso terapéutico y ya vi que esto de hacerse preguntas es divertido. También siento que es una posibilidad de abrirse a otras maneras de experimentar la vida. Hacerse esas preguntas es cómo abrir nuevas puertas y eso hace que la vida sea más disfrutable. No quiere decir que todas las puertas son felices. 

Hace poquito alguien decía que el mindfulness te ayuda a que no te sientas mal y que todo sea feliz y no, es todo lo contrario. La consciencia plena justo me ha enseñado a sentir más, a asumir cuando uno está triste o está feliz. Me ha ayudado a tener una transparencia en medida de lo posible, me hace sentir más libre y que la vida sea más consciente tanto en los momentos más difíciles, como en los más luminosos.

Sobre tu visita a Torreón y el taller “Indagaciones creativas para fotógrafos” que realizarás en colaboración con el Centro de Artes del Norte y el Laboratorio Continuo de Prácticas Artísticas, ¿cuál es la propuesta?

Es un taller que incluirá ejercicios que puedan detonar más experiencias sensibles que puedan surgir experiencias creativas, cómo fotografiar más desde el instinto que desde lo que debería ser una buena imagen o una imagen “que funciona”, que es esto que pasa de que el artista empieza a hacer los mismos montajes o hablar de los mismos lugares 

La propuesta que estoy haciendo es como un antídoto, digamos, a esa estandarización de las imágenes.

Llevo muchos años dando cursos y talleres de fotografía y me doy cuenta que incluso como artista pasa que ya cachas que hay una manera muy específica de producir imágenes, entonces uno se siente súper cómodo ahí porque es como si ya te supieras la fórmula y la idea es también hacer ejercicios de contemplación y sensibilización para aprender a tomarnos el tiempo para no solamente producir imágenes, sino para sentir. Porque de otra manera sí se corre el riesgo de ser como un autómata, de estar al servicio de la fotografía y producir sólo fotos para instagram, para el mercado del arte y me interesa que conecten más con su sentido humano.