Mientras visita Nueva York, Joanna Rakoff (Sarah Margaret Qualley) tiene un arranque de determinación y decide quedarse en la ciudad para perseguir su sueño de ser escritora. No le importa decir adiós a su vida en Berkeley, es su momento. Así abre El trabajo de mis sueños (My Salinger Year, 2021)
Pero antes de ponerse a escribir, necesita garantizarse el sustento y en un golpe de suerte consigue emplearse como asistente de dirección en una prestigiosa agencia literaria. ¿Qué más podría desear una escritora?
El problema es que quedarse con el puesto le implicó ocultar sus verdaderas aspiraciones de su exigente jefa Margaret (Sigourney Weaver), para quien la eficiencia en las labores de oficina no es compatible con los intereses literarios.
Las actividades de Joanna se reducen a las de una secretaria: contestar el teléfono, tomar recados, transcribir grabaciones y triturar documentos inservibles, como las numerosas cartas que los lectores envían a J. D. Salinger, el más famoso escritor que la agencia representa.
Esta última actividad se convierte en la más estimulante, pues antes de deshacerse del material hay que leerlo atentamente (por aquello del incidente Mark David Chapman) y enviar una respuesta esquemática y despersonalizada.
Joanna piensa que lectores tan sensibles merecen otro tipo de respuesta, así que se salta las reglas y les escribe de vuelta el tipo de cartas que a ella le gustaría recibir. Durante meses no dedicará más tiempo a su escritura que el que pase respondiendo a esas misivas.
¿Era realmente su momento o sólo se dejó llevar por un espejismo? La sensación de estancamiento no tardará en aparecer. Las vidas de sus allegados toman su curso, todos hacen lo que les gusta, se acercan cada día a su objetivo, cambian de rumbo…
A ella los días se le acumulan sin que siga el más insistente consejo que el propio J. D. Salinger le da en cada llamada telefónica: “Escribe”. ¿Lo hará?
Joanna encaja en lo que la autora Julia Cameron llama “artista en la sombra”, personas talentosas que buscan estar relacionadas con el arte o la disciplina artística de su interés sin atreverse a tomar su lugar en el ámbito. Si alguna vez te has sentido así, esta peli te gustará.
El trabajo de mis sueños es un filme escrito y dirigido por Philippe Falardeau, basado en el libro homónimo de Joanna Rakoff. Es un drama sencillo -hasta anticlimático- que tiene entre sus grandes aciertos incluir a Sigourney Weaver y a la carismática Sarah Margaret Qualley.
A pesar de que la relación jefa-empleada de Joanna y Margaret recuerda a la de Miranda Priestly y Andy Sachs en El diablo viste a la moda (The Devil Wears Prada, 2006) agradecí que tanto Weaver como Qualley fueran más allá de la rivalidad para revelarnos los conflictos humanos de sus personajes.
Te la recomiendo si tienes ganas de ver algo ligero o si buscas inspiración para alcanzar ese sueño que has estado postergando.