La película The Kid Detective (Evan Morgan, 2020) es más compleja de lo que parece.
A los 12, Abe (Jesse Noah Gruman) era el niño detective del pueblo. Resolvía casos triviales con tal seriedad que la gente lo encontraba adorable y se deshacía en aplausos. Nadaba en una autocomplacencia que se enturbió con los años, pues su carrera nunca despegó.
A sus 32, Abe (Adam Brody) sigue sin pasar de los misterios inocuos que le llevan niños y ancianas a su despacho, pero el que realmente le preocupa es el suyo. Repasa una y otra vez su propia historia: tenía una oficina, reconocimiento y las llaves de la ciudad. ¿Qué salió mal?
Intuye que la misma pregunta ronda en la cabeza de sus padres y quienes antes lo admiraban.
Una gran oportunidad
La oportunidad de reivindicarse llegará con Caroline (Sophie Nélisse), la primera persona que confía en él para un caso adulto: descubrir quién asesinó a su novio.
Abe desoye los consejos de sus padres y acepta el caso, pese a su inexperiencia. Su falta de sensatez se manifiesta a cada paso que da. Hace el ridículo en cada entrevista, en cada lugar donde busca una pista. ¿Será capaz de reconocer que le queda grande el caso?
The Kid Detective va de menos a más. Comienza como una comedia simple, hasta boba, que sigue las fórmulas de las películas detectivescas, pero los temas que toca cobran relevancia y gravedad hasta alcanzar la sordidez.
Coming-of-age para treintañeros
Para no revelar los elementos sorpresa, sólo destacaré el proceso de maduración de Abe. Adam Brody logra transmitir la sensación de fracaso y la debacle que significa ver detrás de la imagen edulcorada que construyó de sí mismo desde su infancia y encontrar su verdadero yo.
The Kid Detective es una película sencilla, recomendable sólo para fans de las historias de detectives o para quienes quieren pasar un rato ameno, pero quizá resulte especialmente interesante y significativa para quienes atraviesan la crisis de los 30.