‘La familia Mitchell vs. las máquinas’, genial película animada para todo público

El talento de Katie nunca ha tenido cabida en su entorno, en la escuela es el bicho raro gracias a su arte audiovisual. En casa tiene la complicidad de su madre Linda y su hermano menor Aaron, mas no de su padre Rick. Así abre La familia Mitchell vs. las máquinas.

Esa falta de aprobación paterna le pesa a Katie más de lo que es capaz de reconocer y la suple a través de la validación que obtiene con sus videos en internet. Así ha reunido el ánimo y la seguridad suficientes para aspirar a un lugar en una universidad de cine en California.

Recibir su carta de aceptación es quizás la mayor alegría de su vida. No le duele demasiado dejar a su familia porque está segura de que por fin encontrará a su verdadera tribu. Así que prepara todo para irse de inmediato. No puede esperar más.

Pero los planes de Katie sufren una ligera modificación cuando su padre decide cancelar su vuelo para llevarla por carretera a su nueva escuela. La travesía será su último viaje en familia, perro incluido, y también la última oportunidad de recuperar la relación que tuvieron.

La gran idea de Rick encuentra demasiado obstáculos: imprevistos, desinterés por parte de Katie, falta de entendimiento y comunicación debido a la brecha generacional y un largo etcétera. Por si fuera poco, a mitad de camino quedan atrapados en medio de una sublevación robot.

Detrás del levantamiento está PAL, una asistente virtual resentida porque su creador Mark Bowman, típico joven emprendedor de Silicon Valley dispuesto a todo por éxito y dinero, planeaba sustituirla por robots domésticos.

Convencida de que la humanidad no vale la pena, ordena a los robots capturar a todos los habitantes del planeta para lanzarlos al espacio y que la tierra sea ocupada únicamente por inteligencia artificial.

Con un poco de suerte, la familia Mitchell logra escapar y se convierte en la única esperanza de salvar el mundo. Siguen siendo la misma familia rara y disfuncional con las mismas desventajas que tenían antes de que comenzara el apocalipsis robot. ¿Podrán detenerlo?

La familia Mitchel vs. las máquinas compensa la ligereza y predictibilidad de su argumento con altas dosis de ironía sobre la actualidad digital, referencias a la cultura pop y hasta ‘slapstick’. También tiene sus momentos conmovedores bien integrados y no exagerados.

La experiencia es bastante agradable, el conflicto padre-hija, que impulsa la trama, está hilado de forma simple pero efectiva. Me hubiese gustado un tono un poquito más crítico hacia el espionaje y tráfico de datos y, sobre todo, la apatía generalizada de la gente al respecto.

Entiendo que no se haya ido más allá en esos temas para mantener el humor y considero que el resultado es sumamente disfrutable. Te la recomiendo si tienes ganas de reírte o si buscas una opción para ver con tu familia en Netflix.

¿YA LA VISTE? ¿CUÁNTOS PUNTOS LE DAS?
Nota de lectores0 Votos
0
0
Calificación lectores de Plaza Pública