El abismo y la flama: el nuevo disco de Mime 871

El pasado 14 de septiembre se hizo un listening party de Cuando Miras Al Abismo (CMAA), en Oasis Studio, donde tuve la oportunidad de leer un pequeño texto que le sirvió como prólogo al nuevo disco de Mime, pero antes de compartirlo, quiero contar mis impresiones generales del disco.

Desde hace varios años considero que las letras de Mime están por encima de la mayoría de raperos nacionales. “Ser inapropiado” es una de las mejores canciones del hip hop mexicano y desde ahí se notaba la potencia como letrista.

Entiendo CMAA como un conjunto de canciones que, antes que nada, son un diálogo interno de Mime, son las inquietudes que el artista tiene, que comparte y que buscan hacer un eco en el escucha.

Yo no rapeo, pero escribo, y encuentro un común en la creatividad del rapero con la del escritor: al principio, uno escribe por la necesidad de tener respuestas, de tratar de encontrarle sentido a lo absurdo de la vida y señalar lo que incomoda.

Cuando Miras Al Abismo parte de la premisa de Nietzsche: “Quien con monstruos lucha, cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”; y según nos cuenta Mime, esta premisa se incrustó y potenció con el aislamiento por la pandemia.

El abismo y la flama nuevo disco de Mime871
La vida es muy corta para coleccionar apuros

Algo que quiero resaltar del CMAA, son las frases que suenan a aforismos o sentencias, como es el caso de las siguientes: “La vida es muy corta para coleccionar apuros”; “Lo que supones cambia cuando tú lo enfrentas”; “En realidad no tienes nada, excepto tu palabra, mas procura no gastarla en vano que se acaba, haz de pagar con sangre si te falta y habrás ganado todo cuando aprendas cómo usarla”; “Pudiera pensar menos, saltarme la tristeza, pero elegí la realidad y la verdad aunque me duela, y yo no soy de los que rezan”… No menciono los tracks en los que aparecen para que escuchen el disco.

El disco está lleno de este tipo de revelaciones y es un disfrute enorme escucharlo descifrando la letra. Debo mencionar también la calidad de los beats y los samples elegidos para cada canción. Además de los fragmentos de películas o series que se escuchan en algunas canciones, que le sirven como epígrafes o epílogos a los tracks.

Mime mostró sus habilidades para la composición, además de enfrentarse a sí mismo, cuestiona su forma de vivir, su forma de relacionarse con los demás, lo que significa ser rapero y, sobre todo, a lo largo del disco, pareciera que se cuestiona quién quiere ser con lo que ya tiene. Esto queda manifiesto en la canción “Nada qué celebrar” en colaboración con Zaheed Santana y Carlos Cartoon: Éxito es ser inmortal, mientras no tengas eso no hay nada qué celebrar.

CMAA es un disco que confronta, pero también es un disco que dialoga con los demás: con las musas, con las mujeres, con los hijos… Es un disco que es un regalo para los diferentes escuchas, para muestra las canciones “Magnolia”, “Hombre” y “Papel moneda”.

Dentro de CMAA, la canción que sirve como respuesta al título, “El abismo mira en ti”, en colaboración con Latin Geisha, deja claro lo que significó para Mime sostenerle la mirada al abismo, e invita al escucha a reflexionar sobre sus propios “abismos”.

El disco está disponible de forma gratuita en todas las plataformas , sin embargo, aprovecho este espacio para invitarlos a adquirir mercancía del disco y el propio disco en formato físico. Su apoyo es indispensable para que propuestas de artistas independientes se sigan produciendo, además de que adquieren piezas de calidad notable.

El abismo y la flama

Fernando Pessoa, a través de Álvaro de Campos, escribió Tabaquería, y se enfrentó a las preguntas más profundas:

¿Quién soy?
Y se respondió:
No soy nada.
¿Qué seré?
Nunca seré nada.
¿Qué quiero ser?
No puedo querer ser nada.
Entonces, si no eres nada, nunca serás nada y no puedes querer ser nada, ¿qué te queda?, ¿qué tienes?
Tengo en mí todos los sueños del mundo.

Estoy convencido de que Pessoa contempló el abismo el tiempo suficiente para que el abismo lo contemplara a él, y se dio cuenta de que nada sería igual. Porque una vez que el abismo mira dentro de ti, inevitablemente nada volverá a ser igual.

Hay quienes ven al abismo por elección, hay quienes lo esquivan, pero quienes lo confrontan, tarde o temprano se darán cuenta de que el abismo los habita, está en ellos. Que el abismo te sigue porque el abismo eres tú.

Y si tuviste la templanza para dejar que el abismo mirara dentro de ti, de no apartarle la mirada ni de pestañear, seguramente te diste cuenta de que el mundo tiene todas las respuestas si se le hacen las preguntas correctas.

El abismo es oscuro, pero no silencioso. El abismo es ruido, caos, por eso es fácil perderse.
Y a pesar del estrépito, el abismo no será quien te haga las preguntas más complejas. Pero te obligará a dialogar contigo. Y el diálogo con uno mismo es el más complicado, porque todos temen a estar solos, pero pocos saben que la soledad se trata de disfrutar la propia perspectiva.
Dentro del caos, en la oscuridad, el vacío y la incertidumbre, si tuviste el temple, una flama guiará tu camino. Una flama guiará tu mirada.

Y así como el abismo te habita, tú habitarás al abismo.

Y en este reconocimiento del terreno, notarás que lo agreste a veces no se puede evitar, pero si no te desvías del camino por el que apostaste, por el que diste lágrimas, sudor y sangre, habrá frutos. Recuerda que si cuesta es puro. Enfócate.

La vida es muy corta para coleccionar prisas, y para no vivir con la promesa del mañana, del luego nos vemos, del pronto coincidimos, tenemos la palabra para defendernos.

Y con esa palabra tratamos de comprender a través del diálogo con uno mismo, como lo hizo Pessoa, como los hace Carlos, como deberíamos intentar de hacerlo todos, que debemos aspirar a formarnos en una fila infinita de ecos, de preguntas, de respuestas y de soledades.
Porque es más fácil vivir sin ser leal.

Es más fácil vivir esquivándote, enajenado con cualquier basura.

Es más fácil ser un cínico que enfrentarse al abismo.

Pero cuando te das cuenta de que nada será igual, que el abismo es habitable, que uno sólo tiene la palabra, entonces estarás aparte, arriba, no adelante. Habrás demostrado que tu espíritu no es enano.

Y sólo así, la flama seguirá guiando tu camino.