Tener una lista de tareas interminables y no poder desconectarnos de ella puede afectarnos física y emocionalmente
Descansar se ha vuelto una actividad casi imposible para muchas personas. Cada vez es más difícil desconectarnos de las actividades diarias y de los pendientes que quedan después del trabajo, la escuela y otros proyectos.
La exposición constante a las redes sociales, la exigencia social por “superarnos” a nosotros mismos y el sistema económico capitalista son algunas de las razones que nos hacen no disfrutar nuestros descansos. Es más, ni siquiera nos los permitimos. Darnos permiso de un rato de esparcimiento trae consigo un sentimiento de culpa o desagrado.

Para Iván Hernández Anaya, psicoterapeuta, la culpa se genera por tener muy presente que “el tiempo es dinero” y que “como seres humanos con conciencia de finitud, es difícil no pensar en un recurso tan importante como lo es el tiempo”.
El especialista asegura que el sistema económico actual, estrechamente ligado al tiempo, esfuerzo y productividad de cada individuo, nos hace percibir la producción como una realidad necesaria que nos da un pago económico que “nos permite, en nuestros ratos libres, darnos vacaciones o fines de semana para disfrutar de las actividades que tendríamos si nuestros recursos no fueran limitados”. Paradójicamente, esta percepción de la realidad es la misma que nos impide descansar.
Cuando no tenemos un descanso adecuado nuestro cuerpo no se repara y entramos en un estado de tensión, estrés y fatiga constante que nos impide vivir plenamente.

En el libro The Art of Rest (Editorial Canongate Books, 2019) la autora británica Claudia Hammond analiza la importancia de darnos un descanso y profundiza más sobre el tema en el podcast Rituals:
Cuando hablo del descanso me refiero al tipo de cosas que hacemos mientras estamos despiertos, no dormidos. Es cualquier actividad en la que sientes que puedes parar, puedes ir más despacio cuando dejas de preocuparte por las cosas que pasan por tu cabeza y después te sientes fresco y renovado de alguna manera”.
Física y mentalmente el cuerpo se desgasta al no tener espacios al día o durante días para relajarse. Hernández Anaya explica que “el sistema nervioso central, como parte del cuerpo, puede tener desajustes bioquímicos por la falta de descanso y provocar variaciones emocionales, sentimentales e incluso conductas y comportamientos poco autorregulados, lo que puede derivar en problemáticas sociales o personales, como puede ser iniciar con depresión y/o ansiedad”.
Cada persona puede encontrar su manera de distraerse, siempre y cuando sea algo premeditado. Suele ser común que mientras tomamos un descanso físico, mentalmente estamos resolviendo cuestiones laborales u otras temas que no nos dejan desconectarnos por completo.
Hammond expone en el podcast que un descanso puede ser desde ir a correr hasta tirarse en el sillón y no hacer nada durante horas. Alejarnos de la pantalla del celular también puede ser un factor que determine el éxito de nuestro esparcimiento.

“Creo que tener algo de tiempo fuera del alcance de nuestras pantallas es algo bueno. Descansar implica que necesitas concentrarte, pero también es una forma de escapismo. Te aleja de tus propias preocupaciones y te lleva a la vida de otras personas, te distrae y te lleva a una vida totalmente diferente y creo que todas esas cosas son claves para el descanso”, afirma la autora británica.
Actualmente, hay un término que se ha popularizado en los últimos años para llamar al estrés que genera intentar disfrutar de un descanso: Stresslaxing, un concepto que une las palabras en inglés: estrés y relajación.
El sitio S Moda del diario El País asegura que no es un concepto nuevo y cita un estudio realizado por la Asociación Estadounidense de Psicología que asegura que alrededor de los años ochenta, “entre el 40 por ciento y el 50 por ciento de las personas acaban por sufrir stresslaxing cuando quieren relajarse”.

Lo vemos manifestado cuando estamos en un momento en el que intempestivamente “nos desconectamos”. Por ejemplo, mientras vemos una película con nuestra pareja o en un momento familiar y comenzamos a pensar en las actividades pendientes que tenemos que realizar y que no concretamos por estar en ese instante.
En agosto del 2020, el Diccionario Urbano, un sitio web que alberga un diccionario de jerga de palabras y frases en inglés comúnmente usadas en internet, definió esta palabra como: “Estar tan estresado que relajarse te estresa más porque no estás trabajando en lo que te estresa”.
A este término también se le suman otros que buscan definir mejor el sentimiento que nos desata otros como el agobio, el cansancio y la insatisfacción personal y profesional.
“En los últimos años se ha popularizado el término burnout, que es una realidad en el ámbito laboral y escolar. El agotamiento físico y mental pueden cobrar factura y traer efectos negativos en las personas que se pueden convertir en males crónicos. Estar cansados merma nuestra salud, nuestra capacidad de socializar, nuestros sentimientos y emociones se ven alterados, nos puede llevar a claudicar en nuestras metas y nuestros objetivos, ya que se vuelve cada vez más complicado alcanzarlos”, explica el psicoterapeuta Iván Hernandez.
Sobre encontrar tiempo y descanso
Ante este panorama donde la lista de pendientes parece interminable y son necesarios el esparcimiento y el descanso no solo para continuar con nuestras vidas, sino disfrutar de las otras actividades que realizamos, las recomendaciones especializadas de Hernández Anaya y Hammond son:
Creo que una de las cosas que podemos hacer es detectar cualquier ‘pérdida de tiempo’. Donde creas que te hacen perderlo, reformúlalo como descanso y detecta los momentos en donde puedes descansar. Por ejemplo, si has ido a recoger un paquete a cualquier sitio y hay una larga fila de personas donde quizá te lleves 10 minutos, reformula y piensa: bueno, este es un descanso de 10 minutos que no esperaba. Y entonces, tal vez está bien decidir que ese es tu descanso, decidir no frustrarse, descansar, ¿no es ese un regalo?”.
Claudia Hammond, autora de The Art of Rest
Planifica tus descansos, no esperes a que llegue la fatiga o el desenfreno en la desesperación por el deseo de tirar todo por la borda, trata de estar en contacto con tu yo y tus afectos, dialoga. Y, de ser posible, acude a un proceso psicoterapéutico en el que se puedan identificar las culpas, enojos, angustias, envidias y en general todos los afectos que te frenan o provocan insatisfacciones en tu vida”.
Iván Hernández Anaya, psicoterapeuta