Cotorras

Loro corona lila Amazona finschi Instituto Tecnológico de La Laguna
Loro corona Lila, 'Amazona finschi' en el Instituto Tecnológico de La Laguna

Francisco Valdés Perezgasga

A Magda Briones, quien tomó ya su sendero.

La experiencia y la lectura son actividades que se complementan y que pueden llegar a enriquecerse.

El conocimiento enriquece la percepción y viceversa. Es una danza tan difícil como necesaria, pero que no tiene un final feliz si se aborda desde el prejuicio.

El prejuicio es, a final de cuentas, una deformación de la percepción, pero también del conocimiento.

A menudo, y de forma poco caritativa se habla de “ambientalistas del bonito atardecer”, como una forma de señalar la banalidad de quedarse en la admiración de un bello atardecer lagunero.

A menudo estos espectáculos vespertinos se deben a una gran cantidad de partículas suspendidas en el aire. Tales partículas nos enferman y nos matan.

Son producto de las actividades industriales, de la contaminación de los vehículos automotores, de los desechos de los millones de animales de granja que hay en nuestra región y de la devastación de la agricultura industrial sobre los suelos laguneros. ¿Bonito atardecer? ¡Ja!

Atardecer lagunero. FOTO: Francisco Valdés Perezgasga

Viene esto a colación por la percepción del público sobre la presencia creciente de las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) en las ciudades laguneras.

Con frecuencia creciente se contactan personas para reportar el avistamiento de pericos en nuestra ciudad.

Son ya varios años que nos acompañan varias especies de la familia de los psittácidos en las ciudades laguneras.

Por la relación afectiva —muy antigua— de los humanos con los pericos, estos reportes se matizan siempre con palabras de cariño.

Sin embargo, la cotorra argentina, por mucho la especie de perico más común en nuestras ciudades, es un animal exótico para nuestro país, adaptable e invasivo y, por lo tanto, capaz de convertirse en un problema.

La cotorra argentina es un perico de mediano a pequeño, de un intenso color verde, con el pecho y la cara grises y algunas plumas azules en las alas. Es nativa del sur de Brasil, Bolivia, Uruguay, Paraguay y el norte de Argentina.

Hoy en día se le encuentra en entornos urbanos en Norteamérica y Europa.

Cotorras argentinas (Myiopsitta monachus). FOTO: Francisco Valdés Perezgasga

Hace más de diez años apareció en el campus de la Universidad Antonio Narro. Ahí construyó grandes nidos comunitarios. Luego su presencia se extendió a otras partes de las ciudades laguneras.

Es la única especie de la familia de los pericos que no anida en una cavidad, sino que construye una gran estructura a base de ramas donde pueden vivir una o varias parejas.

En la Comarca Lagunera les ha dado por vivir dentro de las hojas secas de las palmeras, aunque se han documentado también los grandes nidos ya mencionados.

Poco a poco han entrado en competencia con otros loros mexicanos que, en menor número, también han aparecido en nuestras ciudades.

En mi lugar de trabajo, el Instituto Tecnológico de La Laguna, compiten por los frutos de las lilas con loros mexicanos del género Amazona, en especial Loros corona lila (A. finschi).

Cotorras argentinas (Myiopsitta monachus). FOTO: Francisco Valdés Perezgasga

Estos otros loros mexicanos, aunque sean también forasteros en La Laguna, pudieran llegar a ser una fuente de individuos para poblar las zonas de nuestro país donde han sido extirpados por el tráfico ilegal del negocio de las mascotas.

Por ello, además de los riesgos de los cortocircuitos e incendios, debemos preocuparnos más que admirarnos por la ruidosa presencia de las cotorras argentinas en nuestras ciudades.

Foto de portada por Francisco Valdés Perezgasga
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